Por Juan Paulo Rivera, Sociólogo – Corporación ACCESO.
Durante el año 2011, fuimos testigos privilegiados de las movilizaciones sociales a nivel mundial, Chile no ha sido ajeno a aquello, pese a o por su carga histórica particular, de movimientos acaecidos en Moscú, Londres, Nueva York, Montreal, Ciudad de México, Madrid, Bogotá, Beijing, entre otros territorios del planeta.
Sin embargo, frente a un escenario global, si es que aceptamos la tesis de la sociedad globalizada; me pregunto ¿Cuál es el estatus de estas movilizaciones desde el punto de vista de las transformaciones del modelo de mercado – Estado actual? y lo que sigue, si estas transformaciones ¿Logran generar cambios en las estructuras de distribución del poder (ámbito político)? y después, si estas transformaciones ¿Son asimiladas por los ámbitos de función de los macrosistemas sociales? que según la tesis de algunos sociólogos reproducen exclusiones sociales que se estabilizan como desigualdades permanentes de sectores de la población que quedan sin acceso y condenadas en la periferia, algo así como un despotismo ilustrado sistémico (todo para el pueblo pero sin el pueblo), todo para los excluidos pero sin los excluidos, como estrategia de legitimación de la economía, la política, la justicia, la educación y porque no decirlo, la política pública.
Pudiésemos preguntarnos si la deslegitimación del modelo de mercado actual y su símil político, la deslegitimación de la representatividad del sistema democrático, ¿No estaría limitado solamente a un nivel semántico? y que por lo tanto, no ha provocado transformaciones en el modelo de sociedad imperante basada en la explotación y la exclusión social base de su reproducción.
A modo de ejemplo recordemos que el debate entre la modernidad y la posmodernidad se dio en la modernidad, dado que la sociedad nunca dejó de ser moderna en sus estructuras a pesar de estas discusiones.
Volviendo a Chile, qué más quisiéramos que, como plantea el psicólogo Marcos Silva en su texto publicado en http://www.lemondediplomatique.cl/Elecciones-en-Chile-el-arribo-de.html, los actores del proceso del cambio sean los excluidos “del modelo” y que sean ellos que den inicio a la trasformación de la estructura política y social heredada por la Dictadura; sin embargo, mientras eso no ocurra, la inclusión de ellos en el parlamento sigue siendo una estrategia sistémica de autoreproducción del poder para ganar en legitimidad a costo del sacrificio de algunos antiguos a partir de la inclusión de los nuevos y/o excluidos, pero en el marco de las mismas estructuras imperantes.
Desde esa perspectiva, el cambio aún no ha comenzado, lo nuevo no está en los nuevos, si no en sus decisiones, mientras eso aún no pase, la calle duerme, pero el ojo vigila.