Por Nelson Castro Méndez, magíster RRHH, académico de la Facultad de Ciencias de la Salud. Carrera de Psicología, Unap Sede Victoria.
Las condiciones y características del trabajo actualmente han cambiado en relación a un par de décadas atrás. El trabajo actual es más competitivo, complejo y trae mayores esfuerzos para los trabajadores y menor capacidad de control sobre las tareas. Hoy día la organización del trabajo, o rediseño del mismo, es clave para la salud o el bienestar de las personas; el cómo estén diseñadas las cargas y ritmos de trabajo, la distribución de las tareas, los tiempos, pausas en la relación con el público o clientes, los niveles de responsabilidad y decisiones representan gran parte de las exigencias psicológicas en los trabajos. También hay que considerar en este diseño las posibilidades de controlar los tiempos por parte del trabajador, los grados de autonomía que pueda tener y las posibilidades de desarrollo que tenga dentro de la Organización o empresa, el apoyo que pueda recibir de superiores o compañeros y la retroalimentación sobre su labor asociada a un contrato y retribución justa. Los aspectos antes señalados constituyen factores psicosociales presentes en las Organizaciones que pueden devenir en riesgo psicosocial para el trabajador y que pueden afectar la salud de las personas a través de mecanismos psicológicos y fisiológicos a los que también llamamos el estrés.
Hay suficientes evidencias acerca de la relación del estrés con las enfermedades cardiovasculares, respiratorias, con trastornos de base inmunitaria como la artritis reumatoide, con enfermedades gastrointestinales, dermatológicas, endocrinológicas, trastorno musculoesqueléticos y dolor de espalda, trastornos de salud mental y con conductas relacionadas a la salud como el hábito de fumar, el consumo de drogas, el sedentarismo y ausentismo. El estrés aumenta el riesgo de contraer distintos tipos de enfermedades o acelera el proceso patológico. El estrés actúa por dos vías; provoca cambios psicofisiológicos significativos en el sistema nervioso autónomo y debilita el sistema inmunológico. Hoy está ampliamente establecido que las emociones son uno de los principales mediadores de la enfermedad somática en los procesos de estrés, pudiendo considerarse que los niveles de desgaste emocional actúan como variable antecedente y mediadora en el desarrollo de alteraciones psicosomáticas y de los problemas de salud. Las emociones positivas que las personas experimentan en el trabajo contribuyen de forma importante a su bienestar laboral y ayudan a crear un clima positivo, fortalecer las redes, permitir la creatividad y mejorar la productividad y el servicio a los clientes; es de suma importancia manejar apropiadamente las emociones, asumir con responsabilidad el Autocuidado, al tiempo de ganar en Inteligencia emocional en el trabajo.
La Psicología de la Salud Ocupacional aborda el estudio del estrés laboral, de los riesgos derivados de las condiciones que se encuentran presentes en el trabajo y de la calidad de vida laboral; su objetivo es que las personas puedan aportar productivamente, relacionarse adecuadamente en el trabajo, desarrollarse y ser valoradas en el ejercicio de su actividad laboral.